Un estudio inicialmente publicado en The Lancet, revista médica de renombre mundial por sus investigaciones pioneras, como los estudios sobre la terapia antirretroviral para el VIH, la mortalidad infantil y la prevención de enfermedades cardiovasculares, generó controversia tras su publicación inicial.
El estudio, ahora reeditado tras revisión por pares, sugiere una posible asociación entre las vacunas Covid-19 y muertes súbitas en personas sanas. Esta re-publicación reavive el debate sobre los potenciales efectos adversos de las vacunas, un tema que ha sido objeto de censura y etiquetas despectivas en los medios de comunicación, especialmente durante la pandemia.
El análisis, basado en 325 autopsias de personas vacunadas contra el Covid-19 que fallecieron dentro de las dos semanas posteriores a la inoculación, sugiere que en el 73,9% de los casos, la vacuna podría haber sido la causa directa o un factor contribuyente significativo a la muerte.
El Dr. William Makis, autor principal del estudio, denuncia la presión que condujo a la retirada inicial del artículo y destaca su re-publicación tras la revisión por pares. Los hallazgos, según él, subrayan la urgente necesidad de investigar los mecanismos fisiopatológicos detrás de estas muertes para prevenir futuros casos.
Los sistemas más afectados fueron el cardiovascular. La mayoría de las muertes ocurrieron dentro de la primera semana posterior a la vacunación, principalmente por muerte súbita cardíaca, embolia pulmonar e infarto de miocardio.
El estudio insta a una mayor investigación para comprender mejor estos eventos adversos fatales y proporcionar a la comunidad médica y forense una comprensión más clara de los riesgos potenciales asociados con las vacunas Covid-19.
Curiosamente, desde hace años y particularmente durante la pandemia, se intensificó la censura en los medios de comunicación masivos, etiquetando de «conspiranoicos» a aquellos que se atrevían a sugerir que la llamada vacuna podría causar paros cardíacos, ACV, trombosis y miocarditis.
