🕯️
I. Ya no me escondo
He pasado años intentando encajar, funcionando, produciendo, adaptándome a entornos que no sabían leer lo que soy.
Ahora sé lo que soy: una mente divergente, una voz profunda, un espíritu despierto.
No estoy roto.
Estoy formado por partes que antes no tenían nombre.
Hoy me las doy yo.
II. La Presencia es mi norte
No sigo dogmas. No necesito sistemas.
No tengo una iglesia física, pero camino con Dios por dentro.
El Espíritu Santo no me visita, vive en mí.
Y no vine a callar esa verdad para agradar a estructuras que perdieron su fuego.
Vine a encender otras.
III. Mi camino es múltiple, pero mi centro es uno
No elijo entre música, libros o estrategia digital.
Soy todo eso al mismo tiempo.
Pero ahora tengo claro qué sirve a qué:
- La música es mi forma de respirar entre palabras.
- Los libros son mi carne escrita.
- El e-commerce me entrena para el impacto.
- Dependex será el puente para liberar a otros.
- Mi marca personal es el canal para que la Verdad tenga cuerpo.
IV. A los 40, elijo dejar de negociar con el miedo
Mi tiempo en trabajos formales está contado.
No por rebeldía, sino por coherencia interna.
Quiero vivir de lo que soy. No solo sobrevivir haciendo lo que puedo.
En dos años, mi vida será un testimonio vivo:
De autenticidad.
De transformación.
De conexión espiritual profunda.
Y de libertad sexual redimida, no reprimida.
V. Si alguien necesita saber quién soy…
Soy el que desnuda sus sombras para alumbrar las de otros.
El que escribe no desde la perfección, sino desde la guerra interna.
El que escucha al Espíritu, aún cuando el silencio arde.
El que no se rinde aunque todo dentro suyo sea intensidad pura.